Continuamos con la famosa batalla
de las Termópilas, y con Leónidas y sus 300 espartanos. Nos habíamos quedado en
el segundo día de batalla.
Todo parecía favorecer a los
griegos tras dos días de dura batalla, pero fue entonces cuando Jerjes descubrió
un sendero que conducía a la retaguardia de los griegos. Hay quienes defienden
que “Efialtes”, un espartano que había sido desechado y que buscaba aceptación
social, fue quien le mostro ese sendero a Jerjes. Leónidas conocía el sendero y
era consciente de que suponía un punto débil para ellos, así pues, decidió
establecer allí una defensa compuesta por focios. Cuando Jerjes marchó por el
sendero con su ejército, los exploradores informaron a Leónidas de que los
focios habían huido.

Tras esto, Leónidas ordenó a la coalición de soldados griegos que se replegaran y que él y sus 300 espartanos se quedarían para luchar, si hubiera decidido huir, los persas hubieran sospechado y habrían atacado por el frente pudiendo por fin atravesar las Termópilas. Es muy importante destacar aquí un dato poco conocido, 1000 soldados de la ciudad-estado griega de Tespias decidió quedarse y luchar con los espartanos hasta el final, de modo que la batalla no consistió en 300 espartanos contra millones de persas.
Jerjes acabó con Leónidas y sus
300, así como con los 1000 tespios que luchaban con ellos. Su heroica muerte en
el paso de las Termópilas sirvió para que sus compañeros lograsen sobrevivir y
ganó tiempo para Grecia.
Un gran relato heroico que se
recordara siempre. En honor a aquellos soldados se grabó después en el
desfiladero una inscripción que reza:
“Oh, extranjero, informa a Esparta que
aquí yacemos obedientes a sus órdenes”.